La Terapia Racional Emotiva Conductual y la Terapia Cognitiva suelen considerarse Terapias de Reestructuración Cognitiva, puesto que el objetivo fundamental es eliminar los pensamientos negativos, sesgos cognitivos y creencias inadecuadas que están generando y manteniendo comportamientos desadaptados o malestar emocional.
Técnicas de reestructuración cognitiva: Están centradas en la identificación y cambio de las cogniciones (creencias irracionales, pensamientos distorsionados o autoverbalizaciones negativas) que están determinando o manteniendo el problema. Los modelos de reestructuración cognitiva se centran en el significado, analizan la racionalidad de los pensamientos o creencias y enseñan al paciente a pensar de manera correcta, atacando los errores o distorsiones que pueden estar produciéndose en el procesamiento de la información. En esta categoría se incluyen: la Terapia Racional Emotiva de Ellis (1962) y la Terapia Cognitiva de Beck (Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979), las cuales constituyen sus ejemplos más genuinos; además, Mahoney y Arnkoff (1978) incluyen en esta categoría la Reestructuración Racional Sistemática de Goldfried, Decented y Weinberg (1974) y, quizá con poco acierto, el Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum y Goodman (1971).
Hay que señalar en este punto que tanto A.T. Beck como A. Ellis son, aún a día de hoy, los terapeutas más emblemáticos de la orientación cognitiva, siendo el punto de referencia para gran parte de las intervenciones que tienen lugar bajo ese rótulo. Ambos autores partieron de una formación dinámica que se les quedó limitada en su quehacer clínico habitual. Beck, reconociendo la utilidad de la Terapia de Conducta, llevó a cabo diversas investigaciones que le permitieron evidenciar la existencia de pautas cognitivas negativistas, lo que le llevó a formular su modelo de depresión y, en consonancia con él, su Terapia Cognitiva para la depresión (Beck, 1963 y 1964). La terapia cognitiva de Beck es un tratamiento estructurado y pautado que incluye diversas técnicas propias de la Terapia de Conducta y un modus operandi muy similar, por lo que es plenamente reconocido y aceptado. También Ellis realiza
un acercamiento similar, aunque menos sistematizado y no centrado en un tema de la relevancia de la depresión, lo cual, quizá le ha conferido menor notoriedad e influencia en comparación con Beck. Ellis al igual que Beck, incluye en su terapia procedimientos conductuales. A este respecto resulta curioso cómo cuando la etiqueta cognitiva le quita protagonismo al rótulo conductual, Ellis, en sentido inverso, comenzó a rotular su terapia como Terapia Racional Emotivo-Conductual (Lega, Caballo y Ellis, 1997).